martes, 30 de octubre de 2012

Educar en equipo.

La educación es un encargo social que se realiza, no a profesoras o profesores aislados, sino a equipos educativos. El trabajo de cada profesor en el aula sólo cobra sentido cuando se van sumando las influencias y aprendizajes que se consiguen en una clase a los que se consiguen en otras. No tiene sentido un sistema con sucesivos avances y retrocesos individuales sin un proyecto colectivo claro e integrador. Sólo una confluencia machacona y persistente de enseñanzas y aprendizajes puede imprimir profundidad y duración a los logros escolares, pues de nada sirven los progresos en una clase si en la siguiente se deja desvanecer lo adquirido previamente.

Las actuaciones individuales de los profesores suelen ser insuficientes, pero a pesar de ello se suele gestionar la clase en solitario, por inercia, por las dificultades para conseguir una coordinación cómoda y efectiva, y porque se suele asociar a incomodidades, disensiones y esfuerzos suplementarios a menudo estériles. La gestión de la clase a cargo de profesores aislados es desigual y azarosa, además de debilitante, por lo que es necesario pasar de una cultura de profesores solitarios a otra de profesores solidarios. Nuestras posibilidades pasan por la unión y la confluencia de esfuerzos e influencias. El trabajo en equipo además, puede y debe ser rentable, ayudando a eliminar problemas, quitando trabajo superfluo y encontrando soluciones que en solitario son inviables.
El objetivo de la ponencia en las jornadas educativas de Barakaldo es resaltar las claves que aportan eficiencia al trabajo en equipo del profesorado, y aportar estrategias para superar los obstáculos que dificultan el trabajo en común.

Joan Vaello Orts
Barakaldo 2012

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